La cuestión Kosovo ha vuelto en el candelero de la actualidad en estos últimos días, en cuanto el Tribunal Internacional de La Haya ha declarado valida la auto-proclamación de independencia de la Serbia, de aquel territorio -serbio por siempre- para constituirse en estado autónomo.
No es el caso de hacerse ilusiones respecto al reconocimiento y a la legitimación del derecho a la autodeterminación de los pueblos; no se ha cierto querido establecer el “principio”, más bien dar cuerpo y potestad jurídico-estatal a un nuevo Estado, que está en la Europa, mas es una enclave americana. En efecto esto “nacimiento” ha sido comentado con satisfacción sea por el reaccionario Bush, que por el democrático Obama.
Contemporáneamente al reconocimiento jurídico internacional de la “voluntad del pueblo Kosovar”, la F.I.A.T. Ha anunciado a sorpresa, que descentralizará una suya producción en la Serbia; y sí, porque la Serbia, de algún modo, tiene que haber algo a cambio para suya expoliación territorial.
Es verdad que ya en los años antecedentes la guerra del 1999 en el Kosovo los Serbios, cristianos-ortodoxos, se habían convertido en minoría en relación a las etnias albaneses islámicas, mas sucesivamente, se ha concretizado una verdadera sustitución de población, estimulada y bendita por los potentados internacionales.
¿Qué decir pues de la decisión de la F.I.A.T.? Es verdad que el obrero Serbio costa poco más que 5 euro por hora; que está más hambriento que el Italiano de Turín y de Pomigliano d’Arco que ha levantado demasiado la cabeza y se ha convertido en anti-económico e inmanejable… Es también verdad pero que John Elkann, presidente de la F.I.A.T., ha heredado por el abuelo Gianni Agnelli el escaño de miembro de derecho del Club Bildenberg y otras camarillas exclusivas de los “dueños visibles del mundo” los que deciden y controlan la vida y la muerte de Estados Naciones y Pueblos a través de estrategias económicas, políticas, sociales y espirituales que toman el nombre de “globalización” o Gobierno mundial.
Los pequeños hombres de los gobiernos nacionales se creen poderosos, mas son solamente los lacayos, los ejecutores y, acaso, su acucia de poder la ejercen vejando sus ciudadanos, ofreciendo los mismos al Moloch del poder mundial a cambio de celebraciones, auto-exaltaciones, enriquecimientos personales. Algunos de ellos, en la ilusión de la omnipotencia, nunca sospechan, pero otros son colaboradores conscientes… ¡Hasta que el juego sigue!…
En mi libro sobre el Cátarismo, escrito hace cinco años, más allá que tratar obviamente el argumento por el punto de vista histórico y teológico, he querido actualizar la reproducción de esta “presencia” en la Europa, a través conexiones históricas-ideológicas a los nuestro días que, respecto al Kosovo, incluso se han revelado proféticos. El capítulo que propongo considera y comenta la guerra de los Balcanes del 1999 y al mismo tiempo quiere ser una presentación de este mi trabajo que antes o después meteré en la red Internet.
“En aquellos primeros meses de la primavera del 1999 acontecieron advenimientos dramáticos en la Europa: la guerra de los Balcanes la cuya finalidad manifiesta había sido la de terminar la desmembración definitiva de Yugoslavia, ya iniciada en los primeros años de los ’90, con la auto-proclamación de independencia y de soberanía de algunas naciones confederadas que eran parte de ella; pero que, la injerencia de potencias externas que debían llevar a cabo sus estrategias dominadoras en pro de sus propios intereses, ya había desembocado en una carnicería.
El Vaticano por primero, reconociendo inmediatamente a el nuevo Estado, auto-proclamado independiente, de la “católica” Croacia, provocó una serie de retorsiones reciprocas que llegaron a la violencia y a la guerra. Quizás si no había sido esta injerencia inoportuna, las cosas en el interior de la Yugoslavia se habrían solucionado de manera compromisoria, legalista, incruenta, como ya ocurrido por la escisión de la Checoeslovaquia, e los dos Estados soberanos de la República Ceca y de la República de la Eslovaquia.
Personalmente siempre he sido favorable a el Derecho y a el auto-determinación de los pueblos y nunca me gustaron los Estados que, por cuanto se proclamen democráticos o liberales, siempre han sido coercitivos y tiránicos, a causa de las relaciones de fuerzas absolutamente desproporcionados con el ciudadano, el individuo que, detrás de un viso de libertad en las pequeñas elecciones de su cotidiano, de sustancia no cuenta nada, precisamente nada en los complejos mecanismos económicos, científicos, militares y mediáticos finalizados al dominio, que le condicionan y le manipulan la vida de la cuna a la tumba y, con la religión también en el más allá.
En los Estados totalitarios, ciertamente, la vida de los seres humanos es aún más dura, porque tienen menores posibilidades de exprimirse a nivel individual, en cuanto allí los condicionamientos y los controles se practican también en plan físico, y a menudo de manera brutal.
Por aquella guerra decida del Kosovo, se habían pretextado los odios y las venganzas recíprocas de las varias etnias, que existían verdaderamente, odios que fueron fomentados a hoc por los que querrían imponer su control estratégico en aquella parte de Europa. La finalidad oculta, no declarada, era lo de abatir el último Estado comunista del continente, lo de la Serbia, en la realidad fue una siniestra injerencia en los asuntos interiores de un Estado soberano que ponía bajo los pies todas convenciones y los tratados internacionales.
La OTAN, por primera vez y contra su mismo estatuto, que contempla la intervención solo en caso de defensa de uno de los países miembros, agredido por un enemigo exterior se desencadenó sobre la Serbia que a cambio a nadie había agredido.
Toda la potencia tecnológica militar de la OTAN, diez o doce Países europeos, no se decir cuantos, con a la cabeza los Estados Unidos de América, se empeñaron en accionen bélicas contra un pequeño Estado con pocos millones de habitantes, la cuya economía y la cuya tecnología, caída la Unión Soviética, se habían quedado a una industrialización obsoleta, sin embargo iba tirando, autárquicamente, sin pesadas divergencias a su interior.
De pronto me vino a la mente la correlación con la Languedoque al tiempo de la cruzada. Entonces fue la herejía el pretexto por la aniquilación operada por los potentados europeos, aquella vez, espoleados, organizados y bendecidos por la Iglesia de Roma. En el evo medio la religión era el valor, el símbolo, y también la sustancia misma del poder; hoy la política, o mejor la economía con el acaparamiento de los recursos de las materias primas y de los mercados, constituye el estímulo de las guerras y de su justificación.
También se había disparado la organización de las ayudas humanitarias, la otra cara de la agresión a poblaciones civiles inermes que quiere hipócritamente, reparar, compensar con poco el mucho mal que ha sido ella acarreado.
En Italia, esta movilización, promovida por el gobierno, se llamaba “misión arco iris” y actuaba sobre los ciudadanos, los italianos, como un lavado de cerebro, tramite las televisiones, las radio, y los periódicos, a fin de que donasen dinero, ante todo, a seguir productos alimenticios y otros confortantes para los pobres Albaneses-Kosovares que, gracias a Dios por ferocidad tampoco están segundos a nadie, pero por la ocasión eran presentados como las victimas indefensas de la limpieza étnica por los malvados Serbios que, justamente porque malvados, debían morir los todos bajo las bombas de la OTAN, a fin de que la democracia y la libertad pudiese triunfar.
Al tiempo de la cruzada contra los Cátaros, la única verdadera religión y la única verdadera iglesia triunfaron, habiendo exterminado todo los que no compartían esa opinión y lo habían manifestado.
Todos los Países europeos, bajo la leaderdship de los Estados Unidos de América che en este siglo han recogido por la Iglesia de Roma el testigo de la representación en la Tierra del “señor de este mundo”, o sea del mono-dios hebraico-cristiano-islámico, eran coaligados contra la Serbia, y a su interior, a parte unos pequeños grupos o partidos políticos de poco peso, incluso las izquierdas históricas, y no solo las socialdemócratas, mas también las comunistas, que hasta diez años antes habían compartido la misma ideología y habían comido en el mismo plato se habían colocado en la guerra “justa y humanitaria” de las fuerzas del Bien contra las del Mal, como esta coalición belicista ama definir sus guerras.
Un gran despliegue de medios militares a tecnología punta adecuado a el exterminio de seres humanos y ecosistemas, con miles de bombas “inteligentes” al afamado uranio empobrecido que quizás agotará sus efectos mortíferos más allá de cientos de años, contra la poquedad militar y económica de la Serbia, ya aislada políticamente…. ¿mas que sentido podría tener?
Lo que me había impresionado más, que me había empujado, a mi pesar en ir más allá del velo de la apariencia dialéctica histórica en intentar de coger las razones ocultas, espirituales de aquella guerra, fue la toma de posición de la LEGA NORD, grupo político difundido solamente en el Norte de Italia, esencialmente en la Lombardía y en el Véneto, que se había colocado abiertamente, mostrando su solidaridad a la Serbia, hasta declarar una hermandad.
Este movimiento al su nacer, en los ’80 del novecientos, había fundado su programa político sobre la transformación de la Italia en un Estado federal de tres macro-regiones; y por cierto periodo, quizás también por motivos de visibilidad política, habló nada menos de secesión de las regiones por ello controlado del Estado italiano.
En el plan de la historia y de la ideología no tenían absolutamente nada en común más bien, estaban en los antípodas y podían ser solamente adversarios. Milosevic luchaba por una “grande Serbia”, Estado centralizador, imperialista dentro de las propias posibilidades, que tuviese bajo si todas las varias naciones y etnias balcánicas; Bossi a cambio luchaba por la autonomía y la autodeterminación de los pueblos padanos contra el Estado central romano. Comparando las doctrinas políticas, pues, podrían representar el perro y el gato, tanto eran lejanos lo uno de lo otro. No obstante, se había activado una llamada de participación, instintiva quizás inconsciente hacia el pueblo serbio, muy probablemente originado por la constitución de energías sutiles de comunes vidas pasadas… Yo también había sentido este sentimiento…
La LEGA NORD, quizás única fuerza organizada, para cuanto modesta, en la Europa Occidental, movilizó todos los suyos afiliados y simpatizantes por una recogida de ayudas humanitarias a favor de los Serbios que estaban muriendo bajo los bombardeos “quirúrgicos” de la verdadera democracia y asistían, impotentes y humillados, a la destrucción, de sus casas, de sus fábricas y a el envenenamiento de los terrenos agrícolas y del Danubio, el su mayor recurso hídrico.
No podían recibir ninguno ayuda exterior; la propaganda de los agresores decía que era el mismo Milosevic que impedía la opera de la Cruz Roja Internacional, pero cuando fue posible la comprobación de los hechos allí mismo, la realidad apareció bien diferente. Todas las organizaciones humanitarias eran concentradas sobre el Kosovo, a fin de que fuese bien claro a la opinión pública mundial que los Albaneses eran solamente buenos y los Serbios solamente malos. ¡Toneladas y toneladas de productos de vario tipo se pudrían en Albania y otras tantas, meses después fueron encontradas echadas en los vertederos del Sur de Italia, controlados por la mafia!
La LEGA NORD, más bien voluntarios, no del partido como nosotros, mi marido y yo, bajo sus emblemas y con su organización, por todo el periodo de la guerra, de pocos meses afortunadamente, llevaron allí en varios viajes, muchísimas cajas de fármacos y artículos de primera necesidad a la Cruz Roja Serbia con de las furgonetas cruzando a Hungría. ¡Además de arriesgar la vida físicamente esos voluntarios pagaban de su bolsillo los gastos del viaje! Los fármacos y el material sanitario en general los cogían de modo capilar los militantes por los médicos y los productores los cuales pero decían que nada podían dar gratuitamente a los Serbios, porque había recibido precisas disposiciones gubernativas que imponían ellos la prohibición; ¡podían dar contribuciones gratuitos solo a la misión Arco Iris! Mucho material tuve que ser comprado y de eso se ocupó la Asociación de los Médicos Padanos con el dinero de las donaciones.
También nosotros, mi marido y yo, por cuanto estaba en nuestra posibilidad económica, habíamos generosamente contribuido, además por todo aquel tiempo, habíamos trabajado voluntariamente por dos tardes la semana en preparar estas cajas de fármacos que, recogidos a la buena de Dios, debían que ser diferenciados por principio activo y por patología, de manera que los médicos Serbios los pudiesen utilizar conociendo tampoco el italiano de las hojas ilustrativas.
El Lombardo-Véneto había sido el territorio de arraigo del Cátarismo en Italia que contrastaba con la Iglesia de Roma y allí, siete u ocho siglos después han vuelto a emerger sentimientos de oposición a Roma, de forma no más religiosa sino política.
“Via da Roma” (Afuera de Roma) ha sido por años el eslogan de los adherentes a la LEGA y fueron también sus años de oro ya que, no obstante la inmigración de masa por las gentes del Sur Italia, inducida por la industrialización salvaje de las primeras décadas del posguerra, de sobresalto, energías antiguas autóctonas se habían manifestado, desdichadamente inconscientes de su origen y de su tarea actual, así que de pronto fueron fagocitadas y reabsorbidas.
A comprobación de eso, en aquellos meses conocimos un joven de Concorezzo, un pueblo de la provincia de Milán, cuya familia residía allí por muchas generaciones y le habíamos hablado de los Cátaros, en cuanto Concorezzo había sido la sede de una importante iglesia cátara, que se refería a el dualismo mitigado del teólogo Garatto.
El mostró mucho interés al argumento; mas meses más tarde nos dijo que después haber realizado investigaciones en el Ayuntamiento y las varias iglesias, nadie sabía nada, nadie había sentido halar de los Cátaros. -El Opositor había trabajado bien-.
La Serbia hubiera sido, por varios siglos y hasta el final del XIVº la cuna del Bogomilismo, religión madre del Cátarismo; la Bosnia, nada menos, por un siglo más y allí se punieron a salvo los Perfectos y los creyentes que habían logrado escapar a la cruzada antes y a la inquisición después, sea del Languedoque que de la Lombardía y del Véneto, por no hablar de los perseguidos que la Iglesia consideraba herejes de quemar en la hogueras. Quizás esas energías sutiles desencarnadas, adormecidas y durmientes por tantos siglos se han despertado o se están despertando y podrían constituir un peligro mortal por el dios dominante.
Tras estas reflexiones recordé haber leído en la Rivista di Antroposofia de la cual estoy subscritora por muchos años, que Rudolf Steiner en el curso de una conferencia, hablando del futuro de la Europa después del año 2000 dijo que se convertiría en un continente desolado con algún oasis verde. A algunos joven presentes que le habían preguntado que podían hacer por su propio país, contestó que él se habría reencarnado en aquella época para trabajar por la reconstrucción y ellos también podrían hacerlo, solamente, si estaban dispuestos a andar con los pies desnudos sobre las ruinas ardientes.
Según Steiner, el ISLAM será la herramienta “divina” por la aniquilación de la Europa, después que los Europeos habrán perdido su identidad originaria, completamente alienados de sí mismos, de su historia de su espiritualidad de la cadena energética de sus antepasados.
Esto vaciamiento de energías habría sido muy intenso y rápido en los años siguientes la segunda guerra mundial con la laicización, el consumismo desenfrenado, la americanización más peyorativa, la inmersión total en el materialismo y en la tecnología mediática más exasperante y agotadora, la corrupción de las nuevas generaciones con la pornografía, las drogas, la asocialidad y las patologías conductuales.
Por contraste, se han derramado en Europa millones y millones de islámicos, casi todos jóvenes hombres solos que viven adentro y afuera de la legalidad. Energéticamente son muy fuertes, ante todo porque son pobres y están dispuestos a luchar para sí mismos; mas ante todo son sometidos, perfectamente identificados con su religión, que constituye el esqueleto mismo de su esencialidad física y anímica y que a su vez, recibe por sus energías humanas una enorme potencia que da la supremacía sobre las otras.
Tal vez se puede conjeturar que las masas islámicas, en su generalidad, sean aún en el estadio de la consciencia de grupo, no aún evolucionada en un YO individual, y por lo tanto aún más dominables.
Por otra parte lo que no ha perfectamente acabado a el “señor de este mundo” con el Cristianismo histórico, no obstante sus vilezas porque, de toda manera, la consciencia del hombre europeo ha ido en adelante, lo ha acabado muy bien con el ISLÁM, religión totalizadora pero que, por quedarse tal, tiene necesidad de un humus constante de pobreza, de sumisión, de renuncia a un pensamiento libre, de agresividad, de fanatismo, de guerras y de ignorancia.
Según Steiner, que se murió en el 1926, la Mittleeuropa habría debido representar en los tiempos que vendrán, el fulcro de la espiritualidad europea, el verdadero centro de la Energía Cristica, o sea la evolución de la consciencia del hombre hacia un plan espiritual superior.
En particular, los pueblos eslavos habrían tenido un rol energético fundamental en el encuentro con el SÍ Espiritual, un verdadero encargo cósmico y con esa finalidad se serían reencarnados aquellos individuos que, en el curso de los milenios de la historia europea habían aparentemente perdido en la materia su batalla ideal, por llevar a cumplimiento la obra iniciada en una otra vida.
En todo caso, habían dejado aquellas semillas que, a su debido tiempo, habrían retoñado. Y hace precisamente el nombre de los Cátaros, de los Albigenses, de los Valdenses, de ciertas hermandades de monjes, de la esquela de Chartres y de los Templarios mismos, que durante los siglos de la desencarnación, habrían creado sus planes en el invisible.
La Mittleeuropa es el corazón del continente y los pueblos eslavos representan los herederos energéticos de los Celtas y las religiones así decidas “balcánicas” bajo la pátina oficial, obligada por el Cristianismo histórico, divulgaron un pensamiento alternativo, mantuvieron abierta una puerta de conocimiento y de esperanza de escapar a el falso dios. Hacían contra-información adentro las líneas enemigas, diríamos hoy, pagando con la tortura y la muerte atroz su misión terrenal.
Cincuenta años de comunismo impuesto, cerrado, dogmático, tal vez policial también, habían constituido un capullo de protección contra la disipación energética de los pueblos eslavos, visto que ya se había consumado con los germanófonos, a resultas de la aventura nefasta del nazismo.
A guerra del Kosovo terminada, se contaron bien 130 lugares sacros de la Iglesia Ortodoxa, ante todo monasterios arrasados por los buenos Albaneses-Kosovares, etiquetados como islámicos que se hacían fuerte por la protección de la OTAN.
Ahora en Europa, no hay más ninguna barrera: estamos tierra de nadie. También si los espíritus de los antepasados se reencarnasen por esta tarea, quizás tendrían pocas posibilidades de reconocerse en la “túnica de carne” porque el plan terrenal es totalmente subvertido.
En ocasión de esta guerra, yo había percibido a los Serbios, de los cuales jamás me había interesado, como un pueblo muy valiente, digno, trabajador con una identidad muy orgullosa… constreñidos por la miseria de una economía destruida, tendrán que doblarse sobre las piernas y confundirse en el mar mágnum de las masas europeas amorfas y sin referencias vitales…. la granja humana de los dioses bajo el férreo control de los potentados económicos y militares que disponen de todos medios destructivos del individual ser humano, de la humanidad entera y de todo el planeta.
No ha bastado la primera guerra mundial, no ha bastado la segunda; una vez más los pueblos de Europa han sido empujados por sus gobernantes en aniquilarse entre ellos en un holocausto perenne de sangre. Es el precio que, quien quiere el poder en la Tierra, tiene que ser dispuesto a pagar a los dioses, al “señor de este mundo”, que de esa sangre se nutre.
El resultado final de toda operación ha sido que hasta hoy la Serbia “democrática” esta presa de la desestabilización política, económica más peligrosa; el poder no ha ido precisamente en las manos de las representaciones populares, a pesar de las elecciones, sino a una criminalidad organizada que lo hace de dueña y que de todas maneras mantiene de pie un mínimo de economía.
En el Kosovo la gente, miserable era y miserable se queda; si acaso ha ulteriormente empeorado su manera de vivir, totalmente a la merced de sus “benefactores” a cambio de del sometimiento total a los ocupantes extranjeros de su territorio. Los países europeos nada han ganado porque la reconstrucción nunca ha iniciado y allí la situación es talmente degradada y inestable que nadie se corre el riesgo de investir un euro. En cambio, los Estados Unidos de América han instalado su mayor base militar en Europa con tecnología punta.
Otra batalla vencida por el “señor de este mundo”, el Dios-uno que persigue desde hace milenios el dominio total del planeta y de la humanidad con la aniquilación física y espiritual de cualquier diversidad, de cualquier autonomía, de cualquier libertad, de los otros Dioses. En el Evo Medio se sirvió de la religión y de la iglesia de Roma, ahora se sirve de la fuerza militar y económica, de la manipulación y de los condicionamientos de los cerebros y de la psique de las masas, concretamente ejercidas por el su actual representante visible sobre el planeta: los Estados Unidos de América, que bajo perenne chantaje logran implicar en su locura casi todo y todos; pero la ley cósmica del “nacer, brillar, desparecer” vale también para ellos.
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